domingo, 19 de enero de 2020

De Carlu Cab

No me tiño las canas.
No plancho la ropa.

No hago dietas para adelgazar. 
No hago la tarea con mis hijxs.
No les saco los piojos todos los días.
No cocino bien.

No me fijo en el tamaño del falo de una persona para amarla.
Hace rato me dí cuenta que el amor romántico es una cárcel con forma de sillón.
No me quiero sentar.
No creo que se pueda amar a una sola persona y para siempre.
No me peino seguido.
Odio lavar los platos.
No tengo todos los papeles en regla.
Solo pago el teléfono cuando me lo cortan.
No voy al médico.
No coso botones.
No me visto para nadie.
Me desvisto para mí.
Y para la que soy cuando estoy con otrxs.
No siento placer comprando ropa.

Mis placeres son sencillos...
Comer palta.
Tomar vino.
 Hacer el amor.
O la revolución, 
que no es lo mismo,
 pero es igual.

No le pongo correas a las personas
 ni a los perros.
No me da miedo estar sola.
No me dan miedo lxs pibxs.
Me da miedo tu presidente.
Hace rato que sé que se mata 
y se muere
 de muchas formas 
y que las cárceles están llenas de pobres.
No me gustan tus leyes.
Desde chiquita advertí que lo legal y lo moral son instrumentos del poder.

No apaciguo mi rabia
 ni tampoco mi deseo.
No deseo con cercos.
No me aguanto la furia.
No sé decir lo que querés escuchar.
Puedo ser cruel, algunas veces.
Todxs lo somos.
Yo lo sé.
Y vos no.
Y vos no.
No me río sin ganas.
Tengo una risa fuerte
 y desprolija.
Nunca supe cerrar las piernas.
No me suenan las alarmas. 
Llego tarde siempre.
Siempre.
No te insisto.
No me insistas.

No tengo tu religión.
Ni tu moral.
No las quiero.
No.
Gracias.

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